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El Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un desorden neurobiológico que afecta a personas de todas las edades y que se caracteriza por la incapacidad de prestar atención, la falta de autocontrol y un nivel de actividad excesivo. Esta condición puede presentar una variedad de síntomas que pueden abarcar desde la ansiedad hasta problemas conductuales, lo que dificulta el aprendizaje y la vida diaria. Una buena nutrición es un factor clave para el tratamiento de muchas enfermedades crónicas, incluido el TDAH. Entender el impacto de los nutrientes o los alimentos en el síndrome de hiperactividad es importante para ayudar a los pacientes a controlar los síntomas de la enfermedad.
¿Cuáles son los nutrientes esenciales?
Los nutrientes esenciales son sustancias orgánicas presentes en los alimentos que el cuerpo necesita para mantenerse saludable. Estos nutrientes juegan un papel importante en procesos como la regulación de la Glucemia, la producción de energía, la síntesis de proteínas y la función inmunológica. Se dividen en macronutrientes (proteínas, grasas y carbohidratos) y micronutrientes (vitaminas y minerales). Los nutrientes esenciales también se conocen como los alimentos básicos que se necesitan para una buena salud.
Existen muchas vitaminas y minerales con una función específica en el cuerpo. Por ejemplo, la Vitamina B6 es necesaria para el Metabolismo de los carbohidratos y grasas, mientras que el magnesio es importante para la transmisión nerviosa, la contracción muscular y el equilibrio de nutrientes en la sangre. Los ácidos grasos esenciales, como el Omega-3, también se consideran nutrientes esenciales por su papel en la función cerebral y la salud cardiovascular. Además, las fibras dietéticas son esenciales para una buena salud intestinal y para la regulación del peso corporal.
¿Cómo afecta el TDAH la alimentación?
Los investigadores han demostrado que la buena alimentación puede desempeñar un papel importante en el tratamiento del TDAH. Algunos estudios han sugerido que las dietas mejoradas en nutrientes esenciales, como frutas y verduras, pueden ayudar a reducir los síntomas de hiperactividad. Por el contrario, una dieta rica en grasas saturadas, azúcares y alimentos procesados puede exacerbar los síntomas. Se ha demostrado que los niños con TDAH tienen una ingesta más baja de nutrientes esenciales como Zinc y magnesio y una ingesta más alta de alimentos con alto contenido de azúcar y grasas saturadas.
La ingesta de grasas puede influir en el Comportamiento y la atención de los niños con TDAH de dos maneras diferentes. La primera es a través del efecto inmediato del alto contenido calórico en el cerebro, que puede tener un efecto estimulante y, por lo tanto, aumentar el comportamiento impulsivo. Esta es la razón por la que a menudo recomendamos que los niños con TDAH eviten los alimentos procesados y altos en azúcar. La segunda es que los cuerpos de los niños con TDAH tienen menor capacidad para metabolizar la grasa, lo que puede afectar la función cerebral.
Alimentación y deficiencias nutricionales
La deficiencia de nutrientes esenciales puede desempeñar un papel en el desarrollo de síntomas de TDAH. Los niños con TDAH suelen tener niveles bajos de hierro en la sangre, lo que puede causar fatiga y dificultades para concentrarse y prestar atención. Otros nutrientes como la vitamina B6, el magnesio, el zinc y el ácido fólico también pueden influir en la atención y el comportamiento. El consumo limitado de alimentos integrales también puede contribuir a la deficiencia de nutrientes esenciales.
Los niños con TDAH también pueden tener una mayor necesidad de nutrientes esenciales debido a la actividad física excesiva, la falta de sueño y la ingesta de alimentos procesados. Por esta razón, es importante que los niños con TDAH reciban una nutrición adecuada para que su cuerpo pueda recibir los nutrientes necesarios para una óptima función cerebral y física.
¿Cómo evaluar los niveles de alimentación?
La mejor manera de evaluar los niveles de alimentación de un niño con TDAH es llevar un diario de alimentación para registrar qué alimentos está comiendo. Esto le permitirá ver qué alimentos y nutrientes está consumiendo y lo ayudará a identificar los alimentos que pueden estar contribuyendo a los síntomas. Un profesional de la salud puede también ayudarlo a determinar cualquier deficiencia de nutrientes y recomendar suplementos si es necesario.
¿Cómo mejorar la alimentación?
Afortunadamente, hay muchas formas en las que los padres pueden ayudar a sus hijos con TDAH a mejorar su alimentación. Lo primero que hay que hacer es limitar el consumo de alimentos procesados y refinados y aumentar el consumo de alimentos integrales. Esto incluye frutas y verduras frescas, carnes magras, granos enteros, lácteos bajos en grasa y legumbres. Estos alimentos son ricos en nutrientes esenciales como hierro, magnesio, zinc, ácidos grasos omega-3 y vitamina B6.
- Organizar bien los menús semanales y planificar comidas saludables.
- Aumentar el consumo de frutas y verduras ricas en nutrientes.
Además, es importante que los niños con TDAH reciban una cantidad adecuada de líquidos y fibra durante el día. Los líquidos ayudan a mantener el nivel de energía y la fibra asegura que los alimentos se digieran correctamente. La ingesta adecuada de líquidos y fibra también contribuye al control del peso y a la regulación del apetito. También es una buena idea limitar el consumo de alcohol y café para evitar el aumento de los niveles de Estrés y la ansiedad.
En conclusión, una alimentación adecuada puede ser una herramienta muy útil para ayudar a los niños con TDAH a controlar y reducir sus síntomas. Limitando el consumo de alimentos procesados, aumentando el consumo de alimentos integrales y suplementando con nutrientes esenciales si es necesario, los padres pueden ayudar a sus hijos a mejorar su salud mental y física.
Fuentes
- Thompson, M., & Dorsey, S. (2013). Dieta y trastornos del comportamiento en niños. Libro electrónico de pediatría: La guía de referencia de seguridad, tratamientos y prácticas clínicas para los médicos generales.
- Laatikainen, T. (2015). Nutrición y conducta: Una mirada a la relación entre nutrición y trastornos del comportamiento infantil.
- Blundell, J., & Hill, A. (1986). Evaluación de la alimentación humana: El papel de la ganancia de peso en la regulación de la ingesta.
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